Características de la objetividad y la subjetividad

1. Procedimientos para expresar objetividad

Hay diferentes técnicas que se usan para crear en el receptor la impresión de la objetividad. Todas ellas se encaminan al ocultamiento del emisor. Se da la sensación de que quien habla no es una persona sino el mundo mismo, el mismo libro, o Dios mismo. El emisor tan solo da voz al mundo como si hablase mediante números transparentes capaces de transmitir información sin que el humano interfiera en ella. Los textos objetivos tienen vocación científica.

Clases de oraciones

  • Enunciativas (tienen función referencial: transmiten simplemente un mensaje que afirman o niegan). Ej: «La selección argentina ganó el torneo», «Los vecinos no han llegado a la reunión».
  • Frases hechas de un mundo especial: Ej: «formular una hipótesis, analizar un sintagma».

Tiempos y modos verbales

  • Modo indicativo: «Las frutas son ricas en vitaminas y sales minerales».
  • Presente atemporal: las leyes de la ciencia tienen validez universal. Ej: «Los elementos químicos que forman parte de un compuesto se encuentran en una proporción constante».
  • Verbos de obligación: «La probeta debe ser cuadrada», «Debe haber separación de poderes para que exista una democracia real y representativa».

Persona verbal

  • Predominio de la 3ª persona para exponer impersonalidad.
  • Uso de 1ª persona del plural para implicar al lector. Ej: «Comencemos por ver cómo se construyen nuevas moléculas en el laboratorio».

Adjetivación

  • Adjetivos especificativos y descriptivos con apariencia científica y neutra. Ej: «ácido nucleico, valor añadido, complemento adjetival».

2. Procedimientos para expresar subjetividad

Por contra, la subjetividad significa el protagonismo del emisor en el mensaje, de tal manera que se crea la sensación de que el mensaje es original y es una cuasipropiedad del emisor. Sin el emisor no habría mensaje. La originalidad y la preponderancia de la opinión son lo fundamental. Se trata de mostrar al emisor, es una suerte de exhibicionismo de su opinión. Los métodos para expresarla son:

Clases de oraciones

  • Exclamativas, interrogativas, exhortativas, dubitativas Ej: «¡No es admisible semejante despilfarro! ¿Se puede ser más cínico? Deja ya de leer esta columna y ejerce tu derecho al voto libre. Quizá hubiera sido mejor nacer en otra época de la humanidad».
  • Afirmaciones y negaciones categóricas: Ej: «El trato por parte de la policía en absoluto es digno. La cárcel es poco para semejantes actitudes».
  • Frases hechas y jerga. Ej: «El que mucho abarca… Ande o no ande…»

Léxico valorativo

  • Palabras apreciativas por sufijación diminutiva: «chiquitín, modosito»
  • Palabras apreciativas por sufijación aumentativa: «ladrillazo, impuestazo, subidón»
  • Palabras y expresiones peyorativas: tunante, vendedor de humo, maricomplejines.

Recursos expresivos

  • Ironías: insultos, interjecciones, tacos.
  • Recursos literarios: invención de palabras nuevas, metáforas.

Signos de puntuación

  • Puntos suspensivos: expresan duda, temor, omisiones malsonantes.
  • Paréntesis: para expresar opiniones.
  • Comillas: para indicar invenciones de palabras o usos individuales.

3. Caracterización de textos

Texto 1

«Somos ficción»

Somos ficción. Tú, yo, aquél y el de más allá. Somos mentira. Bien construida, pero mentira al fin y al cabo. Y no es sólo que no existamos como nos creemos que existimos. Productos de nuestro ‘cogito ergo sum’. Accidentes del amor y la causalidad. Es que encima a menudo se nos olvida que somos una trola muy fea con patas y acabaremos todos muertos de realidad.

Somos ficción ya viejuna. Nuestra Historia, eso que nos retrata deformados y nos enseña que es imposible no repetirse, no deja de ser un grupo de datos y hechos cronológicamente ordenados y convertidos en un relato más o menos contrastado que suele tener la manía de buscar varias causas para cada efecto, escrito encima por todos aquellos que sobrevivieron para poder contarlo, con lo cual tampoco cuenta con la opinión y el enfoque de los que en el momento de contarlo ya no están. Es el curriculum abultado de la Humanidad. Y como todo curriculum está lleno de exageraciones, mentiras y omisiones importantísimas sobre las que mejor nadie nos pregunte, porque la podríamos liar parda. Pero si incluso Fukuyama morirá algún día y pasará a ser su propia víctima. No hay mayor ironía que el propio destino. No hay destino más honesto que la sinrazón de la verdad.

Somos ficción social. Nos inventamos dioses para explicar lo que no entendíamos. Nos inventamos idiomas para entendernos entre nosotros. Nos inventamos medidas para poder coincidir en espacio y tiempo. Nos inventamos países para justificar esas distancias. Nos inventamos culturas para tener algo que defender. Nos inventamos patrias para justificar conflictos. Nos inventamos guerras para ganar más. Y nos inventamos el dinero. Y las personas jurídicas. Y las marcas comerciales. Ficciones que nos permiten hablar de cosas que en realidad no existen como si existieran aunque todos sepamos que no existen, pero como hablamos de ellas, ahí están. Y mira si están, que al final incluso hay gente que sí que existe dispuesta a morir por algo que si lo piensas bien, no ha existido jamás.

Mañana te volverás a enamorar de quien no debes. Mañana la volverás a cagar. Volverás a arruinar ese negocio. Y las oscuras golondrinas, también volverán. Y volverás a sentirte tan estúpido como siempre has sido. Y antes de ponerte a reconocerlo, antes de echarte a ti mismo la culpa, algo que en su momento no viste te tendrás que inventar. Para que todo siga siendo coherente. Para que te puedas seguir mirando al espejo sin reconocer que sigues sin tener ni puñetera idea de nada. Que el tiempo pasa por tu cuerpo dejando de todo, menos lo que tendría que dejar. Conocimiento, sabiduría, experiencia y ganas de volverlo a probar.

Somos ficción. Y curiosamente sólo se otorga un Goya al que cobra dinero -cuando cobra- por dedicarse abiertamente a ello. Sólo te premian por mentir cuando de entrada todo el mundo sabe que no es verdad. Y bien que hacen. Pero echo en falta unos premios a la ficción de la vida cotidiana. Al hay que ver cómo te la metí doblada. Al es verdad, ahí me he vuelto a pasar. Al no, si yo no soy fiel, pero soy muy leal.

En un país que se ha inventado varias veces, estaríamos de premios todas las semanas. En un país podrido de mentiras y mentirosos, esto iba a ser un no parar.


Texto 2

La decadencia de España se muestra en la importancia que está empezando a tener Venezuela en nuestra política.

Hoy nos hemos desayunado con la foto de De Juana Chaos, 25 asesinatos en su haber, perseguido por la Interpol, en teoría, se supone que España buscándolo para meterlo en la cárcel, cómodamente instalado en la Venezuela de España.

¿Qué va a hacer España? ¿Una extradición?

Creo que al primero que tenemos que extraditar es al embajador de España en Venezuela, que en realidad es un agente de Venezuela para los asuntos españoles.

Pero tenemos ahí a los etarras instalados cómodamente. Pero es que tenemos además una oficina en España que se llama Podemos que está financiada, dirigida y controlada por Venezuela.

¿Qué hace España al respecto?. ¿Todavía el señor Arriola piensa, o ya ni piensa, simplemente cobra, que estos son cuatro friquis? Si fueran friquis… no, son agentes de la dictadura venezolana, que es la misma que hospeda a etarras».

Realmente España debe ser irrompible, porque con esta gentuza que nos gobierna y que no nos hayamos volatilizado, esto es un milagro.


Texto 3

Las cuentas internas de Comisiones Obreras, según las cuales la federación de banca repartió 3,7 millones de sobresueldos entre sus delegados desde 2008 a 2014 y en las que aparecen cuantiosas partidas de gastos en viajes y restaurantes de lujo (más de 14 millones), exigen una inmediata explicación pública por parte del sindicato. Hace falta, además, la lógica apertura de una investigación interna que aclare no solo las razones de los sobresueldos y de los gastos suntuarios sino también las relaciones entre la federación de banca (Comfia) y las entidades financieras en las cuales desarrollaba su función sindical.

Para un ciudadano medianamente informado es difícil evitar la percepción, a la vista de lo publicado este domingo y este lunes por EL PAÍS, de que puede existir una connivencia poco clara entre el sindicato y los grupos bancarios, va más allá de las relaciones profesionales y sindicales habituales; además de un sistema irregular de retribución de los delegados y un uso abusivo de los recursos sindicales (perciben, no se olvide, dinero público para su funcionamiento), que recuerda, salvando las distancias, a los dispendios desvergonzados de las tarjetas negras de Caja Madrid.

Hasta el momento, la respuesta oficial del sindicato oscila entre lo inexistente y lo insuficiente. No es aceptable justificar sobresueldos superiores a los 20.000 euros en nombre de una genérica “actividad sindical”; la retribución de los representantes sindicales no tiene por qué ser diferente de la de cualquier trabajador, afiliado o no. La explicación de esas cuentas alarmantes es crucial para determinar si lo que ha pasado en CC OO es que su federación de banca se ha sumado a un proceso de financiación irregular (similar al detectado en algunos partidos) y que cuestiona el ejercicio de las responsabilidades democráticas, o si se trata de un error coyuntural que puede ser corregido con una decisión drástica de la dirección del sindicato.

En cualquier caso, las opciones están claras: o la dirección del sindicato recurre a maniobras dilatorias —minusvalorar o disculpar los hechos conocidos—, o toma el camino de una explicación contundente, autocrítica y radical que depure las responsabilidades correspondientes (si ha lugar) y modifica las estructuras organizativas y de control interno.

Las lecciones de la madeja de los ERE en Andalucía y de los casos de recursos obtenidos de forma dudosa a través de cursos de formación deberían dar una pista a CC OO de que la financiación sindical está bajo atento escrutinio de los ciudadanos y de los tribunales; pero lo que tendría que preocupar más a Comisiones es la pérdida de credibilidad de los aparatos sindicales. El razonamiento que atribuye la corrupción y el abuso a “personas” o “grupos” que manchan el intachable comportamiento de las organizaciones solo es aplicable cuando las instituciones afectadas clarean sus cuentas, explican sus errores y demuestran que quieren corregirlos. CC OO tiene, todavía, esa oportunidad.