Sostiene Pereira, de Antonio Tabucchi

El pasado martes 29 de octubre, dio comienzo una nueva andadura del “Club de lectura Sender”. La moderación correrá en este curso a cargo del profesor de literatura española y teoría de la literatura Antonio Viñuales.

El primer libro objeto de tertulia y comentario esta primera sesión ha sido Sostiene Pereira de Antonio Tabucchi. Se dio la circunstancia de que buena parte de las integrantes del grupo lo habían leído hace ya algunos años con anterioridad, pero la sensación general fue satisfacción por la relectura de un libro que, aunque breve, está lleno de grandes experiencias, lecciones y simbolismos que comentamos.

El primero de ellos consistió en constatar que las grandes obras no precisamente se encuentran a veces en los libros voluminosos, por lo que cantidad no solo no es siempre sinónimo de calidad, sino que en muchas ocasiones la primera compromete a la última. Se comentó la condensación propia de los géneros literarios breves y la necesidad de ser más preciso y directo a la hora de acometerlos.

El lenguaje de Sostiene también fue comentado, y es que no precisamente la obra destaca por su preciosismo ni por su esteticismo. No hay una voluntad retórica en el libro de Tabucchi, pero precisamente su lenguaje pericial y pleno de objetividad es precisamente uno de sus potenciales y una de las características que lo diferencia y distingue de otros libros. Aprovechamos esto para avanzar que este lenguaje propio más del estilo jurídico o de la pericia no es una simple elección estética del autor ni una característica propia de su estilo. Se trata, en cambio, de una característica de género, pues se terminó subrayando que este libro es un caso.

El caso es un género literario que tiene su origen en la prehistoria. Y es un género oral que se diferenció de otros coetáneos como el milagro, la anécdota, el sueño o la fábula, entre otros, porque incorporaba un proceso judicial cuyo objetivo era la restitución de la unión de un colectivo, quebrantada o amenazada por unos hechos objeto de pericia, testimonio y evaluación. Este género se adaptó a la escritura y según los estudiosos está en el origen de otros géneros artísticos de gran productividad e influencia, como el cuento fantástico o incluso la novela. Uno de los casos más notables de la literatura española es El lazarillo, cuyo juicio tras la acusación de adulterio suscita el testimonio que da lugar a la novelita. La querencia por las clasificaciones temáticas, así como la voluntad española de arrogarse la creación de un nuevo tipo de novela inédito hasta el momento en el resto del mundo dio como resultado la popularización de la etiqueta “novela picaresca”, a través de la cual se cree clasificar, esto es, comprender tal novela. Maniobras parecidas han sepultado la importancia del género caso, que debe ser revitalizado y puesto de nuevo en circulación. Muchos son los casos modernos en literatura y en otras artes como el cine o la ficción serial narrativa. Los casos policiales, judiciales y clínicos son algunos de los más numerosos. La novela negra y la ficción detectivesca son productos artísticos basados en el caso. Casos hay también en el entretenimiento televisivo en el que han derivado los casos periodísticos reales. En ellos las violaciones colectivas o asesinatos reales devienen en una pericia colectiva y mediática en tiempo real, a través de prensa escrita o televisada y de las redes cibernéticas sociales.

Sostiene es también un caso en el que el mismo gobierno dictatorial está en peligro por las maniobras de un periodista, el protagonista Pereira que, sin demasiada voluntad, termina apoyando a un grupo de insurgentes y revolucionarios jóvenes e idealistas que pretenden luchar contra el régimen. Esta naturaleza casuística es la razón por la cual la letanía “Sostiene Pereira…” comienza todos y cada uno de los capítulos y buena parte de los párrafos. El autor construye su novela, pues, a partir de los testimonios del tal Pereira ante el caso de insurrección que supuestamente se investiga.

El protagonista fue otro de los focos de atención de la tertulia. Se subrayó la importancia de la comida y del sudor. Más que cualquier otra cosa, Pereira es un hombre que come y que suda, aun a sabiendas de que la acción narrada se sitúa en un tórrido agosto lisboeta. Las tortillas a las finas hierbas, lo mismo que las limonadas son la dieta que recorre el libro desde el primer hasta el último capítulo. Pereira es corpulento, y a la vez un tanto inútil, lo que lo sitúa más en un plano humorístico que serio. Quizá su faceta más risible es su inutilidad como periodista, pues para enterarse de la realidad acude a un bar a que se la cuenten tanto el dueño como los parroquianos.

Las frecuentes tertulias del viudo protagonista con el retrato de su difunta esposa llamaron también la atención de la tertulia, y se subrayó el humorismo de este tipo de acciones, su cotidianeidad, así como el hecho de que se trata de un rasgo definitorio de nuestra especie. Si por algo se diferenció homo sapiens sapiens de neandertales o denísova fue en una capacidad simbólica sin precedentes que, según los expertos, fue el rasgo diferenciado por que los puso en el disparadero de la supremacía evolutiva.

Otro de los factores que se subrayaron de este Pereira fue su incapacidad para formar una familia, así como su inacción. Sobre esta última cabe decir que es paradójicamente efectiva, pues su no hacer, o más bien, su dejar hacer con su dinero, lo que lo hace efectivo y lo aleja de todo tipo de sospecha por parte de las autoridades. Esto está relacionado también con el personaje como un hombre atascado en un pasado que no volverá y que simboliza el viaje de novios que con su mujer realizó a Madrid. Así, su pasado es la imagen de su felicidad a la que vuelve momentáneamente mediante las conversaciones con el fantasma conyugal.

Monteiro Rossi es otro de los personajes que suscitó una buena parte de comentarios por parte de los participantes en la tertulia. Hubo una especie de acuerdo general en la idea de que Pereira trata a este joven con paternalismo, a saber, lo cuida como al hijo que nunca tuvo. Este paternalismo aparente, sin embargo, esconde una revolución silenciosa que Pereira ejecuta de forma silenciosa, pues, aunque ya se ve sin fuerzas con las que oponerse a la dictadura de Salazar, financia a quienes sí tienen la fuerza, aunque quizá no toda la inteligencia, esto es, la cuadrilla de jóvenes a la que Monteiro y su novia pertenecen.

Así, algunos capítulos de la historia de Portugal se entretejen con la trama narrativa del personaje principal. Esta trama es, a la vez, la historia de quien trata de encontrar una nueva forma de revolución en la que pueda participar a pesar de su avanzada edad, y la pugna por salir de un matrimonio frustrado por la muerte de la pareja. La ideología y la historia aparecen como un decorado magistral que aparece de forma oblicua, sin estridencias, como sucede, se subrayó, con la realidad mejicana en algunas películas de Cuarón como Y tu mamá también.

Hubo tiempo al final para comentar, incluso y de pasada, el discurso de recepción del “Premio Cervantes” por parte de Miguel Delibes. La excusa para recomendar la lectura de este fue el grado de inmersión en la lectura de algunas participantes de la tertulia, coincidente con las observaciones del propio Delibes en tal discurso sobre las estrechas relaciones entre los personajes de ficción y la realidad.

Sin tiempo para más, tuvimos que concluir la sesión y los integrantes del club se hicieron con la novela Familias como la mía de Ferrer Lerín, el cual comentaremos en la próxima sesión que tendrá lugar el 26 de noviembre en el mismo sitio y a la misma hora.