Familias como la mía, de Francisco Ferrer Lerín

El pasado martes 26 de noviembre, tuvo lugar la segunda sesión del Club de Lectura Sender. Para esta sesión, se programó la lectura de la obra Familias como la mía del escritor barcelonés Francisco Ferrer Lerín con cuya presencia se contó en la citada sesión. Así pues, se trató de una sesión en la que se fusionó la habitual tertulia moderada con el encuentro con el autor, que fue animado y fructífero.

Francisco Ferrer Lerín es un autor barcelonés dedicado principalmente a la poesía y a la narrativa breve, aunque su trayectoria literaria consta de dos etapas separadas por un largo parón rimbaldiano en el que se dedicó al trabajo con aves necrófagas en el Pirineo, en el que actualmente reside.

La primera de ellas fue fundamentalmente poética y el mismo Pere Gimferrer reconoció el crucial magisterio de nuestro autor para su generación, la llamada de los novísimos, de la que se dice que fue su verdadero instigador en la sombra y padre nutricio.

El regreso a los ruedos literarios de Ferrer Lerín se produjo con la publicación en Mira editores de la única novela de su catálogo artístico, Níquel. Años más tarde (2006) la rescataría Tusquets y la editaría junto a su segunda parte “Nora Peb” bajo el título de Familias como la mía.

Familias ha sido catalogada como una novela iniciática, una novela de formación y como una novela híbrida. Realmente es una novela muy exigente, y esa fue la primera conclusión general en la que hubo consenso en el encuentro con el autor. Como bien explicó a los contertulios, su visión de la literatura es de exigencia lingüística, por lo que sus productos literarios necesitan un plus de atención y rigor a la hora de ser disfrutados por los lectores.

La catalogación del libro, por lo dicho, es difícil, pues, como subrayaron algunos asistentes se trata de la mezcla de muchos y variados materiales. Se subrayó también la diferencia muy acusada entre las dos partes de la novela. El autor explicó que esto se debió a que se escribieron en momentos vitales y artísticos diferentes. Así, mientras Níquel, por forma, se asemeja a la estructura del diario, aunque es más bien una autobiografía humorística fingida (una hagiografía), o lo que es lo mismo, lo que al día de hoy se llama un juego autoficcional en forma de diario, Nora Peb es un conjunto de diferentes materiales como relatos, leyendas, casos, informes, anécdotas que, lejos de tener una aparente unidad exterior, sirven al autor como un portafolio de materiales a través de los cuales crear narraciones futuras.

Otra idea que el encuentro sacó a relucir de forma justa y necesaria es que Ferrer Lerín es uno de los primeros autores junto a Juan Goytisolo que innovó en literatura con la hoy conocida como autoficción. Ocurre sin embargo que buena parte de las obras que pertenecen a este “género” son habitualmente novelas biográfico-familiares. Familias como la mía también lo es, solo que se trata de una propuesta más simbólica y que se centra más en la historia de un protagonista confundido con la biografía del autor que en el relato de los familiares de este.

Además, otro de los aspectos de la autoficción que contribuye a hacer de ella un modelo literario trascendente, más allá de la actualidad a la que se ancla, es su fusión con la historia de la nación. Esto se ve muy bien en otro libro catalogado con el mismo marbete, Ordesa, que es el propuesto para la siguiente sesión. Esto lo ha visto la crítica de modo accidental al advertir que se trata de una novela que hace sociología de la España del tardofranquismo. La relación de Familias con la historia de España es también innegable en ambas partes, solo que en la segunda este interés se diluye por su afán experimental y porque su proyección simbólica es más fuerte y generalizadora, a la vez que humorística, por lo que la hiperpoblación a nivel mundial es el fondo de la cuestión.